Lucho Bugallo

Esta ruta nos lleva a Venezuela

Para quienes llevan el totalitarismo en las venas, el momento que vivimos en Argentina es el escenario ideal para la toma del poder absoluto.

Para quienes llevan el totalitarismo en las venas, el momento que vivimos en Argentina es el escenario ideal para la toma del poder absoluto.

Los modelos totalitarios en el mundo, principalmente en América Latina, siempre han seguido recetas “magistrales” y hoy no falta ningún ingrediente.

Un pueblo con miedo y encerrado, los medios de comunicación todo alineados generando terror, una crisis económica, la sociedad dividida y resentida con el otro, muchos aplaudidores y aduladores, un enemigo invisible que nos persigue y un discurso social anti política que favorecen a la construcción del “lider” mesiánico, en rol de padre.

Por otro lado, los poderes del Estado en cuarentena, un Congreso que no funciona, una justicia paralizada, el sentimiento culposo hacia un Gobierno que recién empieza, gremios cómplices y adictos, empresarios tibios y prebendarios y un mundo encerrado en si mismo con sus problemas y sin líderes.

El Gobierno de Alberto Fernández y su aliada, Cristina Fernandez de Kirchner, avanza a fuerza de Decretos sobre las Instituciones de la República, mientras la justicia libera corruptos que saquearon al país. Parasitarios “intelectuales” que se cuelan en la prensa infectando cabezas vírgenes con ideas fracasadas, románticas pero peligrosas, que solo benefician al tirano.

El aparato del Estado avanza en prohibiciones, regulaciones, intervenciones y hasta fantasea con estatizaciones selectivas, de esas que seguramente la sociedad aplaudirá eufóricamente, sin entender que tarde o temprano tambien irán por ellos, por sus libertades, propiedades y por sus sueños.

La economía destruida y el miedo al enemigo, otorgan al mesías el poder absoluto que necesita para ir por todo. El paternalismo genético latinoamericano, en momentos de crisis, adormece la percepción del peligro. Para cuando la rana se entere que la están hirviendo, ya será un manjar exquisito en boca de pocos.

Es hora que empecemos a tomar muy en serio lo que estamos viviendo, que analicemos procesos que otros países vecinos han vivido y hoy no pueden volver atrás, que dejemos de mirar y empecemos a observar. Los ingredientes principales de la vieja receta marxista hoy están sobre la mesa, solo falta que se empiecen a mezclar.

Desde mi humilde lugar, aunque seguramente reciba innumerables críticas e insultos, quiero alertar a todos que prestemos más atención al Estado que al #VirusChino. El coronavirus no nos va a matar como Nación, pero si lo hará el totalitarismo que se puede estar gestando.