Escuchá la entrevista exclusiva de GRUPOLAPROVINCIA.COM con Luciano Bugallo.
-Trajo revuelo la última medida del Banco Central que establece que aquellos agentes que hayan vendido soja no podrán acceder al mercado de cambios para comprar moneda extranjera. ¿Qué consideración le merece esta medida?
Me parece una ridiculez. Pone en evidencia que el gobierno ni siquiera tiene un grupo de WhatsApp de funcionarios. Es inentendible como un día el Ministerio de Economía toma una medida para un lado y al otro día el Banco Central va para el otro lado. Esto es un tironeo interno de dos fracciones a ver quién tiene más poder o bien es una trampa donde (Sergio) Massa hace una parodia donde se hace el ofendido y mientras tanto restringen la compra de dólares.
Aparte, pone en evidencia que la medida del dólar con fecha de vencimiento, el dólar soja de 200 pesos, era una medida no de alivio para los productores como lo quisieron vender sino que es una medida 100% utilitarista por parte del gobierno para juntar fondos para el Banco Central.
Y, por otro lado, no es que estás habilitando comprar un dólar oficial al precio de mentira que hoy tiene, sino que es en el mercado de valores y no impacta en lo que es el precio interno del dólar, entonces es doblemente inentendible.
-¿Considera que esta medida del denominado dólar soja es meramente un parche?
Sí, primero porque fue una medida de manotazo de ahogado, segundo porque no resuelve absolutamente nada. Se dieron varias cosas. Generar un dólar diferencial casi por 28 días es reconocer que fuera de ese espacio no le es económicamente rentable al productor vender soja.
Entonces, por un lado te castigaban o te pegaban discursivamente diciendo que eras un egoísta, que el campo no vendía, que eran especuladores porque estaban esperando que el dólar explote, que no sé qué… En realidad, el productor no vendía porque con la brecha cambiaria no le servía vender la soja para que le den billetes de papel que no sirven para nada y se devalúan.
El gobierno dijo «vamos a hacer un esfuerzo para que los productores puedan recibir un mejor dólar». Mentira. La tonelada de soja que produce un argentino, un uruguayo o un brasilero para producirla sale exactamente lo mismo. Por esa misma tonelada de soja, previo a este dólar soja, en Argentina estaban pagando más o menos 50.000 pesos; en Uruguay esa misma tonelada sale 170 mil pesos; lo mismo sale en Brasil o en Paraguay.
El gobierno se quedaba con 120 mil pesos restantes por tonelada y ahora te decía «bueno, sabes qué, como necesito un poquito te voy a ceder 20.000 más de los 120.000 que me llevo, entonces de 50.000 pasás a 70.000». Pero en realidad el que se sigue llevando el porcentaje mayor es el gobierno sin poner absolutamente nada, sin caminos, sin infraestructura, sin ningún tipo de ayuda de parte del oficialismo.
Esto fue una especie de tregua en el robo que hace el gobierno a los productores agropecuarios durante 28 días y ahora a partir del 1 de octubre sigue el mismo nivel de choreo, sigue el mismo precio de las soja y en concreto no se resuelve el problema de fondo que es la presión impositiva, el impacto negativo de las retenciones y un desdoblamiento cambiario entre un dólar oficial y el dólar blue que es casi prácticamente del 100%.
-¿Y a nivel provincial cómo es la situación de los productores rurales? Recientemente usted se ha reunido junto a Elisa Carrió con referentes rurales de Exaltación de la Cruz y de la región. ¿Qué preocupaciones le han manifestado?
Y básicamente lo mismo, pero las críticas principales tienen que ver con el contexto nacional. Primero con la falta de rumbo, hoy nadie, absolutamente nadie, ni siquiera el gobierno sabe cuál es el modelo. Uno con Cristina en su momento podía criticar que el modelo era autoritario, un modelo casi a la venezolana. Este gobierno no es ni una cosa ni la otra. No se entiende. Cuando toman decisiones incluso toman decisiones antagónicas, como en este caso puntual de Massa de generar un dólar soja y por otro lado el Banco Central que te prohíbe comprar dólares.
Lo primero es el desconcierto, la incertidumbre, y sobre todo en un sector donde el campo no compra un paquete de galletitas que lo vende en la semana como un kiosquero, sin desmerecerlos. Pero el campo siembra hoy para cosechar el año que viene. Esa incertidumbre genera un desmedro en la producción y en definitiva es el Estado el principal perjudicado porque no recibe dólares. La incertidumbre, el desdoblamiento cambiario, la presión impositiva, la cuestión institucional son los principales reclamos.