Como el Bailando de Marcelo Tinelli o la palabra “ñeri”, en Uruguay importamos la expresión “autoconvocados” de la vecina orilla. Casi diez años atrás, en Argentina, productores y ciudadanos críticos del kirchnerismo, algunos de ellos vinculados con dirigentes políticos de la oposición, empezaron a organizarse bajo el rótulo de “autoconvocados” o “indignados” –en este último caso se trataba de un estado emocional importado de España–. Al igual que a su versión vernácula, a los autoconvocados argentinos no los impulsaba un proyecto político concreto sino más bien un malestar y una imprecisa voluntad de cambio, que contribuyó después a la llegada de Mauricio Macri al gobierno en 2015.
El joven emprendedor Luciano Bugallo, administrador de estancias y según medios argentinos, de las cuentas de Twitter y de Facebook “El Cipayo” y “Argentina contra K”, fue uno de los organizadores de las movilizaciones “autoconvocadas”, en las que participaron dirigentes del PRO de Macri. Él prefirió definirse en su momento como “difusor” de la convocatoria. En 2008, los productores “autoconvocados” se manifestaron contra el gobierno en Rosario con cortes de ruta y paralización de la producción. El 13 de setiembre de 2012 hubo caceroleo y movilizaciones en todo el país contra el gobierno de Cristina Fernández que se convocaron a través de las redes sociales. Pedían el fin de la inseguridad y de la corrupción. En agosto de 2013, en un caceroleo en el Obelisco de Buenos Aires los reclamos fueron similares, ya con el apoyo de referentes de la Conferencia Episcopal Argentina y de la Sociedad Rural. “Es una protesta de ciudadanos indignados, y estamos indignados. Por eso marchamos”, detalló en ese entonces Bugallo en su cuenta de Twitter. En la no muy nutrida movilización, según informó Tiempo Argentino, había caricaturas con la ex presidenta Cristina Fernández ahorcada o tras las rejas. Una y otra vez, los participantes destacaron como una virtud su presunta lejanía con cualquier partido político.
En los años de las movilizaciones Bugallo era administrador de la compañía de tierras Sud Argentino, dueña de estancias en Chubut y Río Negro, y miembro del Club Hípico Argentino. Hoy tiene un portal focalizado en deportes hípicos, Eq News, que en su inicio de página aclara: “Nos apasionan los caballos y los deportes de caballeros”.
Según informó Página 12 en setiembre de 2012, Bugallo integraba además grupos que se presentaban como proyectos “ciudadanos”, pero desde los que se cuestionaban duramente las políticas del gobierno argentino y la agenda de derechos. Entre ellos se encontraban Grupo Ceibo, Red de Encuentro Ciudadano, Pensando Argentina y Fundación Fragua.
Bugallo integra actualmente la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, contraria a los gobiernos de izquierda y centroizquierda de la región. “Somos jóvenes latinoamericanos miembros de movimientos estudiantiles, de organizaciones de la sociedad civil y de partidos políticos que levantamos la voz ante los abusos de poder por parte de los líderes de los gobiernos de nuestra región para defender las instituciones democráticas y el Estado de derecho”, proclaman en su página. Por Uruguay integran esta red el movimiento Ni Me Callo Ni Me Voy, del ex diputado herrerista Martín Elgue, la agrupación del Partido Nacional Sabremos Cumplir y la agrupación de jóvenes del Partido Colorado Acción País.
En su perfil de Linkedin, Bugallo se define como “un emprendedor nato” especializado en “comunicación, relaciones públicas e interpersonales”. En su página en internet (luchobugallo.com) se presenta como un estudiante de la licenciatura en Economía y Administración Agraria que fue a un colegio de curas salesianos en Buenos Aires. Se define como geminiano, apasionado de la política y protagonista de la “gesta patriótica y ciudadana de 2012”. Entre los informes destacados de su página, figuran dos titulados: “El nazismo como fuente de inspiración K” y “El carnicero de la cabaña, el Che”. Su tono para titular también lo utiliza en su escritura en Twitter. Por ejemplo, el 1º de julio de 2016 opinó en su cuenta que las que “salen con el cartelito NiunaMenos ahora apoyan el AbortoLegal” y que “ellas deberían haber sido abortadas”.
En 2014 Bugallo ingresó a la Coalición Cívica, sector de la diputada Elisa Lilita Carrió. Integró la lista de diputados provinciales de Cambiemos de Mauricio Macri. Desde el 3 de marzo de 2016 empezó a trabajar como empleado de la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires. Bugallo explica en su página que es asesor de la Coalición Cívica “en temas de agroindustria y economías regionales”.
Aquellos y estos tiempos
Bugallo está encantado con el movimiento Un Solo Uruguay. No sólo así lo expresó públicamente en una columna publicada en el diario argentino La Nación y en sus redes sociales, sino que lo demostró con su presencia física en la movilización del 23 de enero en Durazno.
El asesor de Carrió ingresó al país el 16 de enero y se fue el 31 de enero. En su Facebook, aseguró que estuvo presente en la movilización y que tuvo la oportunidad de “acompañar a los organizadores”. Sin embargo, Marcelo Nogué, vocero de los autoconvocados, dijo a la diaria que nunca se reunieron con él y que no lo recuerda. Bugallo volvió a Uruguay el 25 de febrero de 2018 y regresó a su país tres días después.
La senadora nacionalista Graciela Bianchi, cercana a Carrió, tampoco recuerda a Bugallo. Aunque el asesor de Carrió no es una persona de perfil bajo: la fundación Konrad Adenauer lo invitó en 2016 y en 2017 a Uruguay a exponer como panelista en el Palacio Legislativo y a participar en una jornada en Punta del Este junto a políticos nacionalistas como el diputado Rodrigo Goñi y el ex presidente Luis Alberto Lacalle.
En la columna titulada “Recuerdos de lucha contra la 125”, publicada en La Nación el 27 de enero, Bugallo compara el movimiento uruguayo de autoconvocados con el argentino que él protagonizó. “Es inevitable no hacer un paralelismo”, se excusa en la bajada del artículo. En particular recuerda el paro agropecuario nacional argentino en 2008, en rechazo al aumento de las retenciones a las exportaciones. “Este largo camino por las rutas uruguayas rumbo a Durazno, de caravanas interminables, de autos embanderados, con bocinazos que se repiten a la entrada de los pueblos, parece retrotraerme una y otra vez a casi una década atrás, cuando encaramos la ruta 9 rumbo a Rosario. Sin duda, los carriles son similares. Porque ese año los productores nos volcamos a las rutas para protestar por las medidas económicas. Así comenzó a dividirse el país entre quienes apoyaban al campo y quienes estaban junto al Gobierno”, señala Bugallo.
El asesor de Carrió recuerda luego los cortes de ruta y la paralización de la comercialización de granos aquel año en Argentina. “El descontento y los pedidos de unos y otros son diferentes; mientras en la Argentina buscaban que el decreto que incrementaba las retenciones se dejara sin efecto, de este lado del Río de la Plata los reclamos son variados, desde presión impositiva hasta la suba de combustibles, tarifas de electricidad altísimas”, continúa analizando Bugallo. Y acota: “Pero este nacimiento de las protestas uruguayas busca el mismo destino argentino. Como la historia es cíclica y muchas veces los procesos políticos se repiten, espero de corazón que en Uruguay suceda lo mismo”.
En su Facebook, el 23 de enero fue más explícito. Deseó que “este proceso de resistencia ciudadana que hoy empieza (en referencia a Un Solo Uruguay) termine en un Cambiemos uruguayo que ponga fin al populismo socialista, para que en los próximos años los lleve a poder decir: #NoVuelvenMás”.
La Diaria